Engañarse no dura mucho. Ves, oyes, sientes, ¡pop! despierta...Vemos lo que no que queremos, oímos lo que mas nos hiere y sentimos un dolor intenso e indefinible.
Engañarse no dura mucho. La mentira es esquiva y la realidad en cambio, no huye, te busca. Por suerte o por desgracia siempre te encuentra.
Engañarnos no dura mucho. Y las apariencias suelen engañar; no estamos bien, sólo lo aparentamos. Y no, aparentar no es suficiente.
Engañarse no dura mucho. Reconócelo, no estas bien. ¿Lamentarse? No es la solución, pero tampoco lo es mentirte a ti mismo. Al igual que la mentira, la felicidad también es esquiva, pero vale más la pena luchar por atraparla.
Engañarse no dura mucho, ¡Bienvenida al mundo real!
Missing London