A veces, cuando empiezan a haber cambios en tu vida que nunca quisiste ni esperabas, tu deseo no es que dejen de cambiar la cosas, sino que cambien de verdad, que eso que empezó a dañarse por los malditos cambios quede en un segundo plano, eclipsado por el gran giro que necesita tu vida..
Y es que no siempre la solución es la de apariencia lógica y coherente...
me encanta
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