Lo que nos puede hundir el miedo, y lo mucho que lo podemos echar de menos.
El estado ansiado de seguridad y sosiego no es tan deseado cuando llega. Necesitamos temer y aspirar a grandes objetivos, nuestros objetivos, aunque el fracaso sea una opción, es ese sentimiento de miedo a caer y fracasar el que nos hace luchar y seguir adelante.
"Tengo la conciencia tranquila" "He hecho todo lo que he podido" "No es mas que una etapa pasada". A pesar de repetírmelo una y otra vez no puedo evitar sentir inseguridad, estar intranquila por lo que quizás pude haber hecho y no hice o pensar que era "MI" etapa y la desaproveché.
Tirar de pensamientos positivos es lo único que me queda y temo que se me acaben; planto una sonrisa en mi cara cada mañana aunque tenga que forzarla y temo que llegue el día en que en lugar de sonreír solo podré llorar; envidio sin querer a la gente que me rodea y es afortunada por ser incapaz de comprenderme y temo que algún día eso se convierta en verdadera y mala envidia.
Temo a muchas cosas, pero sobre todo, temo a perderme y no encontrarme, a no reconocerme en un futuro...temo a dejar de ser yo.
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